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55 PSICOLOGÍA DEDUCTIVA. FRED FERNÁNDEZ

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“Somos efímeros, somos energía, somos física, somos química, somos seres vivos, somos elección, somos aquí y ahora “.

Así describiría yo la manera en que estamos presentes en el planeta Tierra.
Somos un organismo dotado de una bio-mecánica capaz de generar una energía que nos permite mantenernos “vivos”.

Me gusta usar el comparativo de un ordenador.

  • Tenemos “hardware” (órganos, extremidades…). “Es genético-estructural, viene de serie y no “puede cambiarse”. (no podemos elegir nuestra altura o el grosor de los huesos).
  • Tenemos “software”: “la educación que recibimos”. (cultura, lenguaje, religión, costumbres, nacionalidad…). Es algo que no viene de serie, no lo podemos elegir al principio, es totalmente programable y re programable, ya que es algo adquirido por copia y/o repetición. Llegado un punto es totalmente “una elección”.

Al igual que un ordenador, tenemos un procesador (cerebro) que recibe toda la información a través de los 5 sentidos en diferentes frecuencias e intensidades. Éste, según el “programa” (software) que tengamos instalado, la procesará y la transmitirá al resto de componentes afectando de un modo X a todo el conjunto.

Al estar todo conectado, una información del exterior será procesada por el cerebro y directamente afectará químicamente y físicamente al organismo creando diferentes repercusiones en la salud. En algunos casos en “beneficio” de la persona y en otros casos en detrimento.
Es decir, con esta metáfora, yo saco la siguiente conclusión: 

Si nuestro “programa” procesa la información de un modo debido a toda esa programación no elegida e impuesta y por consiguiente nos sentimos de un modo, entonces es posible elegir re programarse y sentirse diferente.

Es una cuestión de conocer un nuevo programa de pensamiento “pro-salud mental”, un programa que te de unas herramientas de proceso diferentes a las que has usado hasta el momento y que te permitan saber las repercusiones en tu salud y poder elegir como sentirte en cada momento y situación.

La gran mayoría de nosotros/as tiene instalado el mismo programa. Ese programa basado en la posesión y el control, que nos hace vivir constante y mentalmente en el pasado, en un estado permanente de altos y bajos, con esa sensación de no estar en equilibrio e inmersos en esa infinita, dolorosa y mutante “búsqueda” de respuestas y de la llamada “felicidad”.

El resultado de eso es una exposición constante al dolor y sufrimiento.

Dicho programa, ya que es algo instalado desde que naces (no lo eliges), está en constante conflicto con eso que todo ser humano ansía, “la libertad” y que por causa-efecto te conviertes en “esclavo de ti mismo/a”, en una continua lucha contra ti y contra el resto.

¿Imaginas poder re programarte y tener el control total de tus pensamientos y emociones siendo “capaz” de crear un estado de bien estar mental constante?
¿Imaginas ser totalmente consciente de las repercusiones reales en tú salud que causa tú manera de pensar y/o actuar?
¿Te imaginas poder “no estar triste” por elección propia?
¿Te imaginas poder invertir realmente en tu salud mental y física?
¿Te imaginas llegar a un nivel de conciencia, donde la elección entre sentirte mal y hacerte daño, o no sentirte mal y no hacerte daño, sea tan simple como elegir entre beber un vaso con agua o beber un vaso con ácido?.
¡Pues, si tú QUIERES, tú PUEDES!. 

Será como estudiar un nuevo idioma. Al principio hay una lucha entre el idioma adquirido (no elegido) y el que quiere instalarse nuevo (que has elegido), pero después de práctica y esfuerzo todo se automatiza. Y cómo en la mayoría de cambios que hacemos, no nos damos cuenta de los resultados hasta que el entorno se hace eco de ello.

Si automáticamente entras en un estado de tristeza puedes aprender a automatizar el no entrar en ese estado.

Y para finalizar, me gustaría formular una pregunta:

¿Qué serías capaz de hacer para no sufrir y sentirte libre?
¡El momento es ahora!
“No estoy aquí para mostrarte el camino, estoy aquí para mostrarte otro camino”

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Mito falso:  En la antigüedad todos creían en la Tierra plana.

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iHombre como especie a intentado dar explicación y entender o reflexionar por lo que le rodea, a veces desde una base empírica y otras desde una perspectiva filosófica o religiosa, no se le puede quitar mérito a las diferentes teorías de la antigüedad, porque quizás no tengamos los conocimientos necesarios o técnicas para medir la realidad en una era concreta de nuestra civilización. La imposición y la verdad religiosa sobre la realidad  también puso de parte.

Hay una creencia generalizada de que los antiguos pensaban que la Tierra era plana , pero realmente muy pocas personas cultas eran las que promovían dicha verdad errónea. Nuestros predecesores, al menos a partir del siglo V aC, tenían buenos motivos para creer que la Tierra era esférica.

Ptolomeo en su obra Almagesto (siglo II de nuestra era) ya introducía algunas evidencias que indicaban que la Tierra era esférica.

Sin citar literalmente, Ptolomeo decía en el Almagesto que es posible ver que el Sol, la Luna y los demás astros no salen y se ponen al mismo tiempo para todos los observadores de la Tierra, sino que lo hacen antes para los que viven más al este y más tarde para los que viven más al oeste. Del mismo modo, los eclipses de Luna no todos los registran al mismo tiempo. Si la Tierra fuese plana las estrellas saldrían y se pondría para todos al mismo tiempo.

La Tierra no podía ser cilíndrica porque cuanto más se avanza hacia el polo norte más parece ocultarse las estrellas meridionales y más aparecen las septentrionales. Está, pues, claro que la curvatura de la Tierra cubriendo partes uniformes en direcciones oblicuas prueba que es esférica por todas partes.

Otra prueba era que cuando se navegaba hacia una montaña u otro lugar elevado desde cualquier ángulo y cualquier dirección, vemos que su volumen va aumentando poco a poco como si surgiera del mar, mientras que antes parecía sumergida debido a la curvatura de la superficie del agua.

Recordemos también la medición del radio terrestre por Eratóstenes (siglo III aC) que también se basó en la esfericidad de la Tierra. Además, tuvo que considerar que el Sol estaba suficientemente lejos para considerar que los «rayos» del Sol entraban paralelos a la superficie de la Tierra.

 Colón también sabía que era redonda. Si nos acercamos un poco más a nuestro tiempo podemos comprobar que casi todos los autores consideraban que la Tierra era esférica. Por indicar algunos nombres, tanto Tomás de Aquino (1224-1274), Roger Bacon (1214-1294) o Alberto Magno (1193-1280) coincidían en afirmar que la Tierra era esférica. Y sí, Colón (1436-1456) también sabía que era redonda, contrariamente a la extendida creencia de que a partir de Colón la Tierra empezó a ser esférica.

Más difícil fue, sin embargo, demostrar que la Tierra se movía. Pero no hay que culpar a los antiguos, porque hasta la invención del telescopio y los descubrimientos que realizó Galileo, no se empezó a tener pruebas más convincentes de que la Tierra se movía. Los antiguos no tenían creencias absurdas sobre el mundo, todas sus creencias con las que intentaban explicar el mundo encajaban como un puzzle. Que muchas de esas ideas hoy día las consideremos  erróneas no les quita mérito. No cabe duda de que si hoy desapareciera todo nuestro conocimiento, y borráramos nuestra memoria, mañana nos despertaríamos pensando que la Tierra es el centro del Universo.

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